domingo, 18 de julio de 2010

Efecto Mariposa.

Y Germán estaba casi listo para empezar a trabajar, solo le quedaba un pequeño detalle. Se puso sus tacones, y salió por la pasarela, era la mejor Drag Queen que el mundo había observado jamás. Su número consistía en luces y sombras, ilusiones ópticas danza, movimiento, eso sí era arte. Al finalizar la función Germán se quitaba el tocado, las pinturas, la purpurina, etc. Era un abogado como otro cualquiera, con su toga y sus leyes, pero a el no le gustaba ese mundillo, más que nada lo hacía por su familia (sus padres, mujer e hijos). Pero el lo que de verdad quería, añoraba, era convertir el mundo en arte, utilizar cada minúsculo detalle para adornar el escenario con imágenes contemporáneas efímeras, fugaces pero que se recordarían siempre. Un día le pidió a su familia que fuera a verle, les apunto la dirección del local en un pequeño posit amarillo con una forma cuadrada, estos accedieron. Al llegar allí Germán repitió lo mismo de siempre pintura, tacones, purpurina y salió más deslumbrante que nunca, se disponía a realizar su mejor actuación. Estaba metido en una rara flor, blanca, nadie consigo descifrar cual era pero esto no importo, poco a poco se abría la flor, gotas caían recordando al roció mañanero, el se movía lento, despacio, era algo tan bonito. Se despojo de los tacones, de su llamativo traje y se puso un tutu y sus zapatillas de ballet. Al acabar la función todos aplaudieron boquiabiertos, nunca habían visto algo tan hermoso, le tiraron flores miles de flores, con gusto cogió algunas y fue a su camerino, se desmaquillo, se puso su ropa normal y fue a dar con su familia. Estos le tacharon de monstruo, de engendro, de mal nacido, su familia paso de quererlo, idolatrarlo, amarlo a odiarle en un insignificante momento. La ira paso a ser el principal estado de ánimo de Germán , no entendía como no podía gustarles era mero arte, era solo el de deseo de lo que una persona quería hacer. La familia se rompió, pero por suerte Germán nunca dejo este mundillo, por fin había salido de su capullo, por fin era una mariposa, que emprendía vuelo sola.

lunes, 12 de julio de 2010

Pum!

Y Resuena la misma cancion, solo que esta vez es eco.

Y Resuena el mismo perdon, solo que esta vez no sirve de premio de consolacion.

Y Resuena el graznido de las golondrinas.

Cuenta hasta diez:

Uno, palabras perdidas.

Dos, miradas al aire.

Tres, distancia.

Cuatro, murmullos en la lejania.

Cinco, lagrimas que no son de cocodrilo.

Seis, carcajas de antaño.

Siete, petalos tirados.

Ocho, soledad arcaica.

Nueve, monotonia.

Diez, alcohol.

Solo se contar hasta diez, por que al llegar al nueve la cabeza me tambalea y en el diez se desploma.

viernes, 9 de julio de 2010

Drama mundial.

En sí, el humano vive en un drama constante llamado “Eterno Retorno”, como bien F. Nietzsche decía. Esto se basa en que lo que nos pasa una vez nos pasa otras más y así sucesivamente, un ciclo sin fin. Por lo que resultara estúpido pedir perdón si vamos a cometerlo de nuevo. Yo al ser humana y basándome en esta filosofía nihilista destructiva, no debería pedir perdón, ya que volveré a meter la pata, y mas con lo torpe que soy. Por lo que pienso que los que están cansados de mi es normal ya que les he roto el corazón una, otra y otra vez. Si me queréis, o no, si añoráis mi presencia o lo que carajo sea, tendréis que aguantarme. Suena estúpidamente jodido, pero es así yo no dicto mis palabras porque al estar cabreada paso a estar dirigida por impulsos, y no sirven de nada mis “perdones”, pero uno de corazón me admitiréis al menos. Humilde, llana y honradamente os pido disculpas de corazón por esos daños irreparables que volveré a cometer.