martes, 26 de enero de 2010

Café.

Cuando el tiempo pasa, solo quedan recuerdos, y una tarde te sientas en el arroyo, miras a tu alrededor pero ya nada es como antes.
Las flores están marchitas, el arroyo no lleva casi agua, pero aún así no importa, estas donde realmente quieres estar, donde realmente miras hacía atrás y te das cuanta de que nada es para siempre.
Al llegar a casa lo que haces, es sentarte nuevamente, pero esta vez con una taza de café recién hecho, miras aquel álbum de fotos que hiciste con tus amigas, aunque algunas caras estaban perdidas en el olvido, que hoy has recuperado.
Todos aquellos que pensabas que eran tus amigos no lo eran, ocultamente te dañaban, ocultamente conspiraban contra ti, ocultamente los añoras por que aún quedan resquicios de ese amor que les tenías.
Al terminar la taza de café, caen unas lágrimas, que lentamente recorren tu cara, poco a poco te haces más pequeña, y en ese momento lo que deseas hacer es llorar, y lo haces.
Al terminar te levantas con más fuerza que nunca, y te repites que no volverá a pasar, auque sepas que en el fondo y solo en el fondo, deseas otra tarde con una taza de café y tus recuerdos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario